LA REINA QUE NO SABIA LAS TABLAS DER MULTIPLICAR
Había una vez una reina que no se sabía las tablas de multiplicar.
Un día la reina tenía que hacer unas multiplicaciones, debía saber cuántos diamantes poseía y así repartirlos entre los súbditos de la corte.
Ella tenía cuatrocientos veinte mil diamantes y los que constituían la corte cincuenta y siete mil.
La reina no sabía qué hacer para resolver ese problema. Entonces decidió decirles a los súbditos, que quien pudiera enseñarle las tablas de multiplicar a ella de manera correcta, le haría acreedor a cuatrocientos diamantes.
Al otro día uno de sus súbditos respondió a su decreto, era un joven matemático y además se sabía las tablas de multiplicar al derecho y al revés, estaba más que dispuesto a logra que la reina se supiera las tablas de multiplicar y resolver así su problema.
Aquel joven que le respondió al decreto empezó con las clases de la reina:
· Primero le explico que las tablas de multiplicar algunas se relacionan entre sí.
· Luego le dijo que todo número multiplicado por cero da cero.
· Todo número multiplicado por uno da el mismo número
· Además las tablas son una serie.
· A todo número multiplicado por diez se le escribe el mismo número y se le agrega un cero.
· Además le explico a la reina que las tablas de multiplicar no se aprende de memoria, sino en actividades prácticas.
Con el tiempo y mucha dedicación la reina se las fue aprendiendo.
Por la paciencia que le tuvo lo recompensó con los diamantes que ella le había prometió por la ayudarla a resolver el problema y de esta forma pudo repartir los diamantes de manera equitativa.
Fin
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